domingo, 24 de junio de 2007

La burguesía del proletariado.

En un largo articulo de la abuelita, se narra la ceremonia "privada" de inhumación de la extinta Vilma Espín Guillois. Con pelos y señales la articulista describe el último adios a Espin. Ya se sabe lo sensible que solemos ser los latinos a los tópicos funebres. De manera que teniendo ese sentimiento, la dictadura no encontró objeciones en hacerle un pomposo entierro.
Mientras los cubanos de a pie, somos enterrados en cajas derruidas que muchas veces hay que cargar con cuidado porque puede quedar el occiso a la intemperie. Se nos describe las exequias que parece sacada de una revista Hola española.
Nos cuentan la calidad del diseño del lugar, el trasiego de las cenizas y como colofón, la edición de las canciones que solía cantar Espín.
Recuerdo que la cúpula gobernante siempre tuvo y ha tenido acceso a los adelantos del mundo capitalista desde el mismo comienzo de la dictadura. Ellos conocieron el video de cinta cuando aún eran de bombillos o válvulas, Tenían grabadoras y demás efectos a los que el cubano ni conocía de oidas. Ni en pleno período especial, se limitaron de las comodidades de la vida moderna. Cierto, aquello superfluo como las casas, los carros,etc, todo en plural, lo desecharon, pues sería la comidilla del pueblo y algo ostentosamente visible, se quedaron con las "modestas" mansiones en Nuevo Vedado, Miramar y Siboney . En lugar de carros para uso personal, fueron sustituídos por piqueras de uso personal de la cúpula.
Los integrantes de las familias de esta burguesía proletaria, que por cierto, también lo eran de la burguesía antes del 59, han viajado y viajan fuera de Cuba por motivos "justificados", algunos se han retirado antes en el exterior y llevan vidas muelle allá.
Me llamó la atención en las fotos una pequeña que tenia una boina o gorro blanco al estilo del que usaba el chicuelo de Chaplin, puede ser que esa sería la intención de aquellos mayores que le permitieron asistir a las exequias de manera tan informal, o problamente, la pequeña haya heredado el gusto refinado por el vestir de la finada, de quien se cuenta vestía la moda de París comprada personalmente por ella en sus "viajes de trabajo".
En fin señores, la muerte nos empareja a todos, pero distingue en el funeral a aquellos que son pudientes, no es distinta la burguesía del proletariado de aquella original, más bien una mala copia, porque a la original se tiene posiblidades de ingresar algún día, pero a esta, como único que te llames Castro o Flia.

1 comentario:

Infortunato Liborio del Campo dijo...

Veo pocos comentarios en la Bitácora, pero está muy buena. Se agradece la información fresca desde la isla, de otra fuente que no sea Abuelita o de los que desde Miami o Estocolmo pretenden saber lo que pasa allá.