miércoles, 29 de agosto de 2007

Élite miserable.

De siempre ha existido el deseo natural de estar entre los mejores del ámbito en que desarrollamos nuestras profesiones o aficiones; bien sea estar entre las mejores plumas literarias, la élite de cualquiera de las múltiples manifestaciones del arte, la cultura, la política, etc.
Es deseable para los seres humanos lo anterior, la busqueda de la excelencia, de la cúspide, la élite, ser los mejores. Lo indeseable es cuando el ser humano se concierta con otros para arrogarse ese derecho de motu propio, sin mediar un reconocimiento de buena parte de los entendidos en la materia o de los destinados a reconocer por derecho el sitial que toca a cada cual.
A menudo, la retorcida televisión cubana, muestra congresos, seminarios, conciliabulos y demás, para trastocar el propósito de la creación, bien sea artística, científica o de clase análoga. Ahora en lugar de crear para la mayoría, de tratar de llegar al que consume al final, que per se implica resultado económico; la filosofía aberrada es crear con el fin declarado de destruir los cimientos de la sociedad civilizada, el fundamento de la obra siempre mejorable de la humanidad.
Ver lo hecho en Cuba, es convencerse de lo que no debe hacerse en este mundo. Ya no es el cubano de la isla el que decide, el que elige segun su gusto particular, no; es la dictadura la que promueve lo que le viene en gana, según su caprichoso y absurdo criterio. Las masas, el pueblo no decide, dictadura al fin, impone sin alternativas o ateniendose al gusto.
Veo en la TV, los sapitos glo glo con gafas de pasta e ínfulas de innovadores, arremetiendo contra aquello que la mayoría gusta, contra aquello que es en definitiva la libre elección cuando se respeta la libertad. Es indiferente si es un un congreso de escritores, de chefs de cocina, de oncología o un festival de cine; el tono o mejor dicho, el monótono discurso es cambiar, no importa si es evidente que es para mal, que es contra el individuo mismo y su libertad de ser quien decida lo que guste o no; no importa si es en moda, cine o pastillas para astar el miembro viril.
El irrespeto al dinero y la acción de ganarlo es evidente, pues es común en ellos como en la zorra de la fábula, si no llegas a la fruta, estaba verde.
Para ellos, subsidiados espiritual y financieramente por dictaduras y dictadores, su meta es precisamente el alabo y la apologetica destructiva en toda ocasión a esas mismas dictaduras y sus métodos. Disfrazados de buenas intenciones, como el camino del infierno, y propósitos benéficos para la mayoría, intentan destruirse y destruir al resto de la humanidad.
Bien harían en conseguir lo meritorio sin hacer pasar hambre a los suyos ni ser subsidiados por dictaduras y dictadores a cambio de convertirse en apologéticos de sistemas ya desechados por la historia.

1 comentario:

General Electric dijo...

Creo que el Gerald es mucho más escéptico que Ud, amigo. Yo creo que lo que estamos viendo aquí es una imagen sobre el espejo: una élite miserable, como Ud. dice, que refleja a un pueblo no menos miserable que esa élite. Y discúlpeme el ácido y la crudeza, pero es lo que pienso.