jueves, 6 de diciembre de 2007

En la edición de hoy, la abuelita trae un resumen de la mesa cuadrada, perdón, redonda de ayer. El tema, la salud pública, entre los presentes, el ministro y viceministros. Como todo producto mediático de la dictadura, tiende a ser más propaganda y autocomplacencia, y la mayor parte de lo manifestado, una truculenta ficción de la negra realidad del cubano.

En otros posts he tocado el tema, incluso creo recordar haber dedicado teclas en el blog de Rui Ferreira, periodista del Herald, a ese tema, uno de los usados como punta de lanza en su propaganda nacional y mundial.

Para comenzar, antes que la salud, está la alimentación, sin esta, no importa de qué calidad sea o parezca ser el sistema de salud de un país; hoy día, muchos cubanos, una inmensa mayoría, sólo tiene una comida al día, complementando luego por la tarde-noche con una merienda, compuesta usualmente del magro pan que corresponde por la libreta de racionamiento con lo que aparezca o se tenga a mano, incluso azúcar. En un periodo más largo, las insuficiencias en la dieta, provocan una invalidez del organismo para soportar las enfermedades y realizar de manera suficiente una vida normal. De manera que, la cadena cojea en su principio, la alimentación, haciendo incidencia en el sistema de salud, que contrariamente a lo propalado, adolece de los mismos errores y desaciertos inherentes al sistema dictatorial, que permanece inmutable e inamovible en las carencias.

La supuesta "homogeneidad" de que habla el vice ministro González, no puede existir a partir de que se han delimitado sectores dentro de la salud, delimitaciones no solo de reglas, sino, de instituciones, así por ejemplo, el Hospital CIMEQ, atiende desde su creación a los dirigentes y sus familiares, contando con los recursos necesarios y tecnología de punta, curiosamente, ha pasado a ser la Sala 8 por la cantidad de casos de muertes causadas por la contaminación de los salones quirúrgicos; otro ejemplo, la Clínica Cira García, que realizaba las tareas descritas anteriormente del CIMEQ , ahora es una institución al servicio de los turistas y extranjeros; igualmente, hospitales como el Amejeiras, tienen salas destinadas a fines como los de el CIMEQ y Cira García. Salas estas, no sólo bien equipadas, también con personal de la mejor profesionalidad. Mientras existen las instituciones y lugares destinados a la claque dirigente y los extranjeros, queda para los cubanos el resto de las instituciones, con todo el burocratismo, la indolencia laboral y la falta de interés administrativa.

Otra mentira, que el propio Granma desmiente en sus artículos anteriores sobre el tema de salud, es la supuesta atención a las mujeres embarazadas. Han sido unos cuantos los artículos publicados en el Granma, en los que se mencionan el tratamiento de enfermedades congénitas como éxitos, bueno, y pregunto, si es cierta la atención para la detección de enfermedades congénitas, ¿cómo es que han surgido tantos casos, si según lo que dice ese señor, se realizan las pruebas correspondientes para evitar nacimientos con problemas congénitos?. Sobre la esperanza de vida, se les pudiera agradecer en todo caso a los gobiernos anteriores a la dictadura, o los ciudadanos que ha llegado a esa edad por haber recibido adecuada alimentación en su tiempo de la niñez y el desarrollo.

En otro aparte, habla de las insuficiencias como consecuencia de las misiones internacionalistas, e increíble, no da como resuelto el asunto, aun, luego de 6 años de la estampida médica cubana tras los dólares de las misiones, no se ha resuelto. Las inversiones de las que habla, quedan en entredicho con sólo transitar por la concurrida avenida 51, en una de cuyas orillas, se alza como un monumento lúgubre de un conflicto bélico el Pediátrico de Marianao, no es necesario ni entrar, a la vista está la ruina. Otros compiten de igual manera en la falta de mantenimiento y zozobra, menos evidente por la pintura exterior, que a ojos vista engaña; en este post, he incluido una foto del interior del Clínico Quirúrgico de 26 que es una mínima muestra.

El ministro, traído para reprimir, como corresponde a los actos de la tiranía imperante, más que para remediar, quiere hacer hincapié en lo irresoluble, los pobres salarios y peores condiciones de los médicos y personal de salud, conspiraran contra su propósito. Sobre esto, la siguiente anécdota, en una reunión, le traen al ministro en un carrito de supermercado, desbordado de expedientes esperando la autorización para emigrar de médicos y enfermeras, sobre el bulto, un papel con la fecha próxima de vencimiento para la respuesta a los citados, el ministro Balaguer, ni corto ni perezoso, al conocer la naturaleza de los expedientes, tomó el papel, tachó la fecha y puso en su lugar un año después, ordenando retirar el carrito y olvidar el asunto. Aun cuando no está explícitamente legislado, se han tomado la atribución de impedir la visita de médicos y personal de la salud clasificados de desertores, esto es, que han decidido tomar las de Villadiego mientras estaban en misiones en el exterior, como forma de huir a la dictadura.

Aun cuando se han situado e instalado equipos en distintos lugares de la geografía, estos duermen tranquilamente el sueño de los injustos, robados sus componentes, para ser vendidos, como los discos duros de las computadoras de los tomógrafos, o faltos de piezas de recambio, se sigue produciendo el viaje de los cubanos del interior a la capital para recibir atención médica. Es natural, conseguir la atención médica a través de amigos o amigos de amigos, de esta manera, se evitan el engorroso tránsito burocrático para recibir atención médica especializada o atención médica profesional, pues los médicos, no sólo son mal pagados, sino que subsisten gracias a los regalos y dádivas de muchos pacientes enviados por vías alternativas, algunos de ellos, se han arriesgado a cobrar las consultas, tratamientos u operaciones, usualmente aquellas operaciones estéticas.

Otro problema, del que vuelvo a hablar, es la manoseada y alterada estadística, cuyo fin persigue ocultar la realidad imperante, afectando también a aquellos indefensos pacientes que han sido víctimas de mala praxis médica, al coincidir el interés de una parte, los médicos, con el interés de aquella designada para velar por los intereses del paciente, instituciones gubernamentales, en ocultar el error o la falta con desenlaces muchas veces fatales o invalidantes. Ya he escuchado muchos casos de muertes de causa dudosa o distinta a todas luces de la real, personas jóvenes en intervenciones de poco riesgo, las cuales indican una mala administración de la anestesia, procedimientos médicos sin la correcta esterilización, locales quirúrgicos contaminados por bacterias como estreptococo plateado, etc. A falta del antes citado interés, se le echa tierra a los casos de reclamaciones o demandas de procesos civiles.

Para terminar, insisto en la causa del problema de salud cubano, un sistema dictatorial, culpable de la inopia cubana.

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