martes, 25 de diciembre de 2007

Quien a buen árbol se arrima...

Siempre habrá personas dispuestas a estar lo más cerca posible de aquel que pudiera solucionar sus problemas; no es de extrañar, por ejemplo, que el sátrapa cubano Fidel Castro tuviera un enjambre de personas a su alrededor, es sabido y demostrado por los hechos, que como buen poseedor de riquezas, en este caso impropias, puede beneficiarse alguien de poder comunicar y recibir solución a alguna de las tantas necesidades que abundan en este mundo inverso y perverso que lo constituyen las dictaduras. De manera que, lo que pudiera a ojos vistas parecer popularidad, en los paísese dominados por dictaduras o pupilos de dictador, no es extraño ver rodeado al sátrapa o futuros sátrapas de personas prestas a pedir y confiadas en recibir lo que necesitan o echan en ausencia, una casa, un auto, un puesto, etc, hay de todo en la viña de estos señores, el problema es acercarse lo suficiente para pedir, forcejear, codear a troche y moche con tal de hacerse oir lo suficiente por quien manipula a su antojo los dineros del estado, el dictador. A persona alguna con sentido común en los países donde la democracia impera, se le ocurriría solicitar o pedir, prebendas de quien rige los destinos de la nación, porque como es natural, no se eligió o promovió a tal cargo de maxima autoridad para repartir o beneficiar a unos sobre otros con los dineros del estado, no, se promovió para conducir por el camino que han designado las mayorías por un período determinado, para servir, no para ser servido o elevado a la categoría de dador máximo de los bienes y dineros del estado.

No es tocar el manto para recibir en salud, es tocar el manto para recibir en necesidades, en bienes, en cosas o asuntos materiales en detrimento del resto, con igual derecho pero menor suerte en hacerse escuchar por quien se ha arrogado el derecho a repartir y de paso promulgarse como gran benefactor.

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