miércoles, 21 de mayo de 2008

¿Donde están las pruebas?

Luego de leer el nuevo bodrio mediático para arremeter contra los opositores, queda la pregunta ¿donde están las pruebas con que al parecer piensan o pretenden según la respuesta de opinión enjuiciar y juzgar a Martha Beatriz Roque?. En todo lo dicho, no establecen el vínculo o lo prueban, entre el señor Santiago y Martha Beatriz, se limitan a describir conocidos comunes de ambos, pero en ningún momento establecen esa relación directa, es todo un amasijo de detalles intrascendentes, historias de personas, etc, nada concreto, destinado a ahogar a los pocos que se interesan en estos asuntos, pero finalmente, no prueban otra cosa que su intención, como antes, de fabricar, inventar y tergiversar para intentar justificar lo injustificable. Están quedando mal parados, pues intentar justificar la escucha y la persecución de Roque Cabello, les denuncia en la verdad de lo que son, que las anteriores escuchas eran ilegales, aun bajo la ley inventada por la dictadura para ilegalizar al cubano según su oscuro y perverso deseo.
Contrario al que asumí como correcto y justo, Roque Cabello no navega en la Sección de Intereses, pues si yo conociese a algún diplomático en esas circunstancias, lo lógico sería al menos, permitírseme el contacto con el mundo exterior. Y como ya he dicho otras veces, no deben ser los gobiernos democráticos quienes financien la oposición en Cuba, vergüenza debiera provocarle a los acólitos de la dictadura, el que el propio gobierno no financie quien señales los errores, las injusticias y den voz a los de a pie, es el propio gobierno, si fuese democrático como se encarga de propagandizar, quien debiera financiar a estos opositores, darles cabida, si creyeran aun ellos mismos en sus propias palabras sobre la fortaleza y nitidez del sistema, en el quehacer político nacional. Hace unos días, cuando le pregunte en medio de una conversación a un amigo, creyente aún a ratos en el sistema y quien al parecer se ha creído igualmente los "cambios", por qué no liberaban a los presos políticos, como forma de demostrar una verdadera voluntad de cambiar hacia una Cuba mejor, aquello le terminó de molestar, pues me decía que eso era mostrar debilidad en un momento crítico, pues le repliqué, que si es tan fuerte como pregonan, debieran hacer eso, ahí terminó la conversación, pasamos a hablar de pelota.
En la realidad, no aconsejaría al segundón ponerse en esos inventos, quien sabe si salieron de él, pues como se dice en buen cubano, el horno no está para galleticas; poquisímos cubanos ven o se informan sobre la mesa cuadrada con que bombardean por las tardes, aun menos les interesa a esta altura lo que se cuece arriba más allá de tratar de traer la última, el chisme fresco, se han desencantado de la política y los políticos, posiblemente, eso sea junto a vidas cegadas, el daño mayor hecho por esta dictadura; aquella pasión por el Cristo barbado, aquella esperanza total en el paraíso, indudablemente fertilizada por la idiosincracia heredada mayormente dogmática, no sólo derrumbó una creencia, ha terminado por dañar seriamente una profesión u oficio de milenios ha importantísima, la política, la forma de llevar los asuntos públicos de manera civilizada.

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