sábado, 7 de junio de 2008

Habrá que inflar las balsas?

No se acostumbra a elegir presidentes en países democráticos realizando un concurso de popularidad, aun cuando lo parezca, esta sirve luego, como un medidor del reflejo en los electores de la ejecución del presidente. Aconseja la razón y la práctica, evitar los tales procedimientos para elevar a un correligionario a la primera magistratura de un país. Ejemplo cercano, bien pudiera ser el cubano, cuyo pueblo cegado por la popularidad de quien destronara a un dictador, eligió y aupó a otro, de manera que el estado postrero, vino a ser peor que el primero, con un dictador de los más longevos de la historia; otros ejemplos menos evidentes, recuerdan a la Dama de hierro?, no podría ser de otra forma, pues estaba obligada so pena de dirimir, a mostrar dureza de la femeneidad elevada al rango más alto de la política en un mundo eminentemente machista; así continúan los ejemplos y hechos históricos demostrativos de lo poco prudente que será elegir cargos públicos basados en la popularidad como único indicador o el más importante.
En el caso del individuo, si de joven prima la actuación guiada por sentimientos en asuntos incluso importantes, luego con la edad, la cual implica el arribo de responsabilidades, se es movido por elementos conscientes y razonados, por valoraciones según la capacidad y el conocimiento de cada cual, pero asumidos conscientemente. Confundir deseos o expectativas con realidades, es aconsejable para novelas y guiones melodramáticos de dudosa factibilidad en la vida diaria.
Mirando otra arista, no siempre lo que conviene debe suceder, cuando esta conveniencia viene dada, por adelantar en asunto humano deseable y mas que esto, deseado para todos; hay procesos, la mayor parte exitosos, en los que se suceden en un orden lógico o apropiado para cada momento, hasta arribar a la ansiada meta. Lo opuesto, es forzar la marcha, adelantar de corrido para luego pausar por mayor tiempo, mientras se recupera el aliento y se ve pasar a la tortuga con paso seguro; apurarse o apurar es contraproducente.
Juzgando por la historia, como he demostrado en otros post, de resultar electo presidente Obama, estaría la dictadura en un tiempo de bonanza; a juzgar por lo develado hasta ahora por el candidato y teniendo en cuenta que se perfila como superador de lo anunciado. Presidentes demócratas, le han dado oportunidad a la dictadura de saltar a la palestra pública, convertirse en suceso mediático y finalmente, obligar al gobierno estadounidense a seguir su guión.
Ver, para creer.+

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Somos los cubanos quienes tenemos toda la responsabilidad en esto. Recuerda que los presidentes republicanos, más que otros, han contribuido a que muchos cubanos hayan equivocado esa responsabilidad. La dictadura nunca gozó tiempo de bonanza frente a los demócratas: La Comunidad, Mariel, Guantánamo, el dictador regresando apresuradamente a La Habana después de estrechar la mano de Clinton sin encontrar pretexto para el protagonismo. Es la política de los republicanos lo que le ha hecho el juego al dictador durante tantos años, pero recuerda, somos nosotros quienes debemos deshacernos de él, o mejor dicho, de toda la mierda que nos ha dejado, incluyendo su apestoso cuerpo en descomposición.

Karamchand dijo...

En la realidad, a la larga, y juzgando por los resultados, el dictador ahora moribundo o ya cadáver, se beneficia de las respuestas de los demócratas, quienes han demostrado poca habilidad para responder de cualquiera de las maneras; ver si no lo de Elian, el balserito, es como si los pusiera en una situación donde cualquier solución es mala para los demócratas, nada, que con todo respeto a su opinión, el sátrapa sabe de que pata cojean los demócratas; no se lha ocurrido ni le ha pasado por ninguno de sus largos discursos, realizar actos como los que describo en el post y aquí. Gracias por el comentario. K.