sábado, 30 de agosto de 2008

Actualización del blog.

Mientras presume de lo que en la realidad ha carecido siempre, fenece el dictador y la dictadura con el. Las tibias reformas que anució alos cuatros vientos el hermano sustituto, a fecha de hoy se difuminan y solo quedan para los anales de la mentira histórica.
No puede dar peras el olmo, ni dictador dar libertad; reculando hacia el estado propicio para su permanencia en el status que le garantiza control total, se ha visto como aun Mariela, otro ajuste cosmético lanzado a la palestra internacional, se le ha hecho mutis.
Comienza a hacer agua el barco, este barco que ha estado naufragando desde que dejó el puerto seguro de la democracia hace 50 Años, por los tormentosos de la dictadura, una de izquierda, que a fuer de ser coherentes con la historia, es de las peores desgracias que pueden asolar una nación.
La conclusión cierta y certera, es que el cubano no va a esperar lo que le pertenece en razón de su humanidad, se ve a diario; en las calles, lanzan proyectiles mundanos contra los vehículos, se expresan a viva voz, y la dezasón hace estragos entre quienes dirigen o creen dirigir, cuando en realidad, están sentados sobre un volcán, un polvorín, que ellos mismo han alimentado por años de terror, injusticia y otros males inherentes al sistema dictatorial.
Alguna encuesta seria realizada hace un año, arrojaría como resultado que el 70% de la población, partiría gustosa a otras tierras y país, buscando la libertad y sus beneficios, hoy, como antes de los "cambios", esa misma encuesta arrojaría que más del 90% de la población sueña con emigrar, como solución rápida y segura a sus problemas perentorios.
Ante la ausencia de Marieles, ríadas del 94, Camariocas y otras válvulas aliviadoras de la tensión, es de esperar que como ha sucedido y reconocen los medios oficiales enmascarándolo tras la consabida frasecita "indisciplinas sociales", estas se multipliquen proporcionalmente al grado de frustración y miseria galopantes que reinan en la isla, alcanzando el extremo que nadie desea o quiere, pero inminente por la terquedad de la dictadura a ceder un ápice en las justas demandas populares.
El derrumbe y el agrietamiento se hace presente, por ejemplo, en el pobre desempeño cubano en las olimpiadas, en el absurdo panfleto del morinauseabundo, el desinterés del pueblo por esas olimpiadas, acuciado por las necesidades primeras no cubiertas; el sustituto, a quien ya llaman el hombre invisible, no tiene la garra aterradora del hermano, aun su físico, pobre en expresiones naturales de virilidad, esperadas por un pueblo machista en su mayoría, no es de temer, no es temido, le mantiene la sombra decayente del hermano, quien se ha reservado hilos para tirar de la cuerda, como se ha visto suceder en la retroacción del decursar y actuación de la sustitución.

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