lunes, 15 de marzo de 2010

El Edulcorante.

Hoy iba a pasar de escribir en mi blog. Tiempo y oportunidad son difíciles de matrimoniar bajo una dictadura, que solo tiene resquicios o hendiduras temporales para salir al mundo por la puerta natural de hoy, el internet.
Al leer entre otros, los blogs sobre la guerra de Angola, bien tratados en un tema maniqueo para la dictadura, y por supuesto, cmo la historia misma, convertido al lenguaje parcializado y conveniente a sus propositos de perpetuar su esclavitud sobre los cubanos de la isla; otros escritos como los bodrios de los acólitos literarios, mentes estrechas y estrechadas con tal de conciliar con la tiranía, criticando el Congreso que hubiera tenido lugar en Chile ahora trasplantado al ámbito digital; me compulsan a este post.
La dictadura que ha querido dictar, no como otras, límitadas a intereses más particulares, en todo rincón social, político, económico; cae en absurdos como condenar y tergiversar el suicidio de algún personaje histórico, tras los cuales ha inflado la vanidad nacionalista, los errores y pifias de alguno que tuvo que ver con nuestra historia de manera prominente, caen en lo especulativo, según su conveniente rasero. Va a increíbles, como intentar sentenciar de por vida a quien acusa, sea vivo o muerto, de siglos pasados o presentes, que más da, con tal de mantener los patrones públicos proahijados.
Tras esta intolerancia, se abre paso la verdad, verdad esta evidente para aun, el ciudadano común, que no se traga lo de no asistir a los juegos de Puerto Rico, por desavenencias con EEUU, bien sabe el cubano de a pie, que teme la tiranía al regreso de la delegación, ver apearse del avión tan solo a los segurosos llevados para evitar las deserciones, insuficientes por el número de ellas y la repercusión de un escándalo en tierra boricua.
El proceso por el que ha pasado la ciudadanía, lo resumiría así: 1.- Período de infatuación, 2.- Período de desencato, 3.- Periodo de resistencia, 4.- Período de espera, el último, dando lugar y tiempo a que se vayan, antes de botarlos por asesinos y otros delitos lesa población.
Nadie se come ya los cuentos crudos y ahora malolientes de la propaganda oficial, quien ha mirado la foto de Guillermo Fariñas en brazos para el hospital, inconsciente, leído los tantos y tantos crímenes ocultados, denunciados y puestos a la vista, pero más que eso, la realidad diaria y falta ahora mismo de esperanza en el posible cambio o reforma, cuenta los ¿días?, minutos posiblemente de la caída de la tiranía. Ahora puede ser en cualquier momento, ya está presto el horno donde los pueblos convierten las cadenas en armas, y las palabras en hechos, cansados de tanta desidia y ser ignorados en sus reclamos.
Viva Cuba Libre.

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