viernes, 30 de julio de 2010

El comandante no tiene quien le diga.

Visto el caso y comprobado el hecho, luego de tantas reflexiones irreflexionadas, incluyendo incongruencias, anuncios apocalípticos seniles, la aparición desaconsejada con ropas holgadas en público, la verborrea ditirámbica de sus aliados y por supuesto el absurdo elevado a política de estado, se puede concluir que el comandante no tiene quien le aconseje, le comunique lo mal parado que sale tras cada una de sus manifestaciones públicas; alguien que le toque inadvertidamente cuando comienza a divariar y decir boberías; ha mucho, se privó per se, de algo tan importante como tener una visión del otro lado de la acera; puedo asegurar que no lee ni a sus críticos ni contrincantes. El superególatra, para su mal, va desbarrancando, posiblemente alguien avisado le provoque malestares para evitar el revuelco en el fondo que está hace mucho.
Lástima que quienes pueden, crean acometer buena obra o de buena fe, atendiendo alguna razón o propuesta del morinauseabundo; es como escuchar en la extrema unción: "suelten a los cinco". Es tan tremendo el grado de culpabilidad del dictador por haber delatado a sus enviados demoníacos, que posiblemente haya sido y es el tema cocinado entre España, la Iglesia Católica y el desgobierno de Cuba; no es la primera vez que tras bambalinas, el dictador se presenta como una plañidera, rogante y temblorosa, mientras en público, se hace pasar por un feroz y temido personaje. La ocasión es propicia, otro gobierno hay en EEUU, ajeno a las veces que se ha hecho pasar por lo que no es, otro gobierno que no escarmentará por cabeza ajena de sus propios y demócrata, por más señas, quienes al parecer han sido condenados a dejarse mangonear al antojo del dictador, contrarrestando en lugar de ser arrestado como corresponde ante el chantaje de baja estofa.
El remorir del dictador, entre otras, tiene que ver con las críticas insoslayables de la población, que se pregunta lo de siempre "hasta cuando", como una frase generalizadora de varios hasta cuandos, entre estos. hasta cuando este hombre va a seguir como una sombra maligna, omnipresente y refrenadora, refrenadora de su propio hermano, empeñado en oxigenar por un poco más la moribunda dictadura, dictadura desgastada física y mentalmente, desgastada espiritual y materialmente, que ni los ingentes dineros de otro émulo como Chávez, han podido reflotar.
Se le acaba el tiempo a los depredadores del pueblo cubano, día a día el deterioro económico y social se incrementa y como en la práctica los hermanotes no tienen quien les diga por el hombro que ya es la hora de correr y del sálvese el que pueda, se abocan a su final irremediable e inexorablemente.

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